miércoles, 16 de julio de 2014

TEATRO ECUATORIANO


Grupo de teatro Malayerba. Obre: Instrucciones para abrazar al aire.

En los 60 nace el nuevo teatro ecuatoriano
El "nuevo teatro" ecuatoriano aparece a comienzos de los años 60, período que se inicia con el triunfo de la Revolución Cubana y que en el Ecuador se expresa por dos circunstancias políticas: el derrocamiento del presidente José María Velasco Ibarra, ascenso al poder del vicepresidente Carlos Julio Arosemena y la dictadura militar que le sucedió a día seguido.
El concepto de "nuevo teatro", explica Santiago Rivadeneira Aguirre, al referirse al Teatro Ecuatoriano de los años sesenta, ha tenido demasiadas acepciones que han deteriorado su auténtico sentido, ninguna capaz de aludir el aspecto más interesante y diferenciador: el de su estética. En ese período afloran los términos "ensayo", "popular" y "experimental", al que más tarde se agrega el de "independiente" dándole a éste último un sentido inexacto por su aparente oposición a un teatro oficial inexistente. Pero esa actitud significó la búsqueda de un público y una estructura teatral distinta, abriendo también nuevos caminos a las distribuciones alternativas.
EL teatro en los 60
La puesta en escena de "Boletín y Elegía de las Mitas" abre nuevas posibilidades de expresión al teatro ecuatoriano. Pacchioni y el grupo de actores formados en la Escuela, descubren un lenguaje plástico de corte expresionista, cifrado en el movimiento corporal, para dar forma escénica al poema de César Dávila Andrade. El éxito de este montaje (l967), es apoteósico y dará sus resultados más brillantes en otra de las puestas en escena que es ya parte de la historia del teatro ecuatoriano, como es la adaptación de la novela de Jorge Icaza "Huasipungo", hecha por Marco Ordóñez y dirigida por Antonio Ordóñez en 1970.
En l968 Pacchioni deja la CCE y estrena con un grupo de seguidores agrupados en La Barricada, dos de sus mejores propuestas: "Libertad, libertad", y "Los inocentes", una adaptación de Enrique Buenaventura. Al dejar el país Carlos Martínez asume la dirección y pone en escena "Los papeles del infierno" del mismo Buenaventura. Ricardo Descalzi, en ese entonces presidente del Instituto de Teatro de la Casa de la Cultura, publica su "Historia Crítica del Teatro Ecuatoriano", en seis tomos. Jorge Enrique Adoum, en la cota más alta de su especial sentido del humor se preguntaría: ¿Cómo se puede escribir seis tomos de algo que no existe? Lo que equivalía, en el plano estético e ideológico, a hablar de "un teatro de la nada". Ese "teatro de la nada", no descansa: en l969 el Teatro Ensayo estrena "Jorge Dandin" de Moliere y "Topografía de un desnudo" de Jorge Díaz, ambas dirigidas por Antonio Ordóñez. El Teatro Popular lleva a escena en l968 "Tupac Amaru" de Osvaldo Dragún y luego "Los hombres del triciclo" de Fernando Arrabal, "El hereje" de Morris West y otra obra de Simón Corral, "Ejército de Runas" en 1970.
El comienzo de la década marca también el final de la trayectoria profesional en el teatro de Francisco Tobar García. Las últimas obras del Teatro Independiente son "El búho tiene miedo de las tinieblas" y "Asmodeo Mandinga". La "exaltación del contraste" había sido la característica del teatro ecuatoriano de la década de los sesenta y setenta.
Ilustración en video con imagenes del poema del desaparecido poeta Ecuatoriano Cesar Dávila Andrade (1918-1967), describe junto con el poema de uno de los mejores declamadores Beto Mendez, sobre la trajedia del esclavismo que tuvieron los indigenas hasta no hace mucho.
100 AÑOS DE DRAMATURGIA EN EL ECUADOR (1892-1992)
El siglo veinte ecuatoriano, es lo que ha literatura dramática se refiere, se encuentra definitivamente enmarcado entre estas dos obras: Receta para Viajar, escrita por Francisco Aguirre Guarderas y estrenada por la compañía Dalmau en el Teatro Nacional Sucre en 1892; y Jardín de pulpos, escrita por Arístides Vargas y estrenada por el grupo de teatro Malayerba en la sala Demetrio Aguilera Malta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en Quito, en el año 1992. De alguna manera ambas expresan un hito y, por lo tanto, un giro en el proceso de desarrollo del teatro en el Ecuador, marcando decisivamente la producción dramatúrgica posterior.
Por un lado la obra de Aguirre trasforma el teatro ideologizante, moralista, edificante, pero sobre todo anquilosado que se produjo en el país decimonónico. Ese teatro, que era coherente con la estrategia civilizadora y europeizante de las élites intelectuales, tomaba por temática fundamental los hechos históricos que pudieron establecer una cohesión en la República naciente, así como tomaba a la civilización europea como un paradigma del tipo de sociedad, y por tanto del tipo de comportamiento social, al que se debería llegar, de ahí que el resultado que se obtiene es una dramaturgia carente de vida y totalmente ajena a la sociedad desde la cual se producía. Es por esto que receta para viajar se convierte en un hito, porque logra descifrar el momento y el ámbito de la vida de la sociedad de la que surge, de alguna manera consigue establecer una relación íntima entre el escenario y el entorno local al que se refiere, sin que por ello pierda el carácter de universal de los conflictos y las situaciones que plantea, ni tampoco la profundidad en la construcción del carácter de los personajes se ve nunca disminuido frente a la necesidad de graficar su figura local.
Un siglo después, el teatro ecuatoriano expresará un proceso complejísimo de transformaciones, totalmente coherente con lo que, para el desarrollo de la sociedad, supuso el siglo veinte. Son múltiples las voces que socialmente van expresándose a lo largo del mismo y que por supuesto alcanzan presencia en la dramaturgia que se va produciendo. Sin embargo, el último período del teatro ecuatoriano del siglo veinte, mas o menos a partir de 1979, año de la fundación del grupo de teatro Malayerba, se caracteriza por la expresión de la crisis de algunas de las formas que vino desarrollando anteriormente, la consolidación de otras y la reformulación de otras; es un proceso que no se encuentra agotado, más aun, apenas en la última década del siglo empieza a definirse. La espectacularidad y la militancia ideológica que habían sido el signo que descifra a los grupos de teatro emergentes de las dos décadas anteriores es sustituida por la necesidad de experimentar con nuevos lenguajes, el teatro de grupo ideológico y político entra en crisis, pero emerge el teatro de grupo experimental, siendo ésta la forma teatral que mejor sintetiza la experiencia del teatro ecuatoriano en las décadas de 1980 y 1990. La experimentación básicamente busca nuevos lenguajes, el actor incorpora nuevas técnicas que provienen de la danza, la pantomima y del circo (acrobacia, malabar, etc.), la escena se puebla de nuevos significantes.
Otro elemento descifrador de este período es el que se refiere a la reformulación de la tradición teatral que se desarrolló en la estampa Quiteña, y que en esta época se la toma desde una visión más bien comercial, de comedia liviana. Desde esta perspectiva se desarrolla un espacio de actores independientes y producciones independientes, es decir, ya no son los grupos los únicos que llevan a cabo puestas en escena, ahora los actores tienen la oportunidad de reunirse para una producción y luego separarse. Finalmente, el tipo de teatro callejero que se había iniciado en la etapa inmediatamente anterior se consolida dejando una nueva tradición que supone la incorporación de las voces subalternas urbanas; aunque es necesario mencionar que el espacio público de las plazas y parques, muy de vez en cuando, se ve ocupado por otro tipo de formas teatrales que tiene que ver con el happening y el performance, ligados más bien a la experimentación y a la permanente necesidad de ruptura que tiene el teatro para su desarrollo.
Muégano teatro. Obra: Ensayo sobre la soledad.

 

Grupos teatrales
Grupo teatral Muégano
Grupo teatral ContraelViento
Teatro Prehispánico
Sobre el teatro prehispánico en el Ecuador, la información que se tiene se la debe a la Crónica del Inca Garcilazo, en sus “Comentario Reales”… información que proviene de los indígenas del callejón interandino.
Garcilazo, dice que estas representaciones se las realizaba en un espacio abierto como en el campo, una explanada o una plaza. Los Incas tenían fortalezas y santuarios, mas no ciudades. Los actores, por lo general, eran las mismas personas que previamente habían ejecutado las acciones. En lo referente al texto que se seguía para la representación, este se basaba en una composición oral debido a que no existía la escritura.
Para Garcilazo en este teatro había intenciones épicas y religiosas, su carácter era intimista, es decir, intervenían la emotividad y la efectividad. Algunas de estas representaciones existen, pero al haber salido de su contexto cultural están fragmentadas.
Sin embargo los indígenas lograron adaptar la fecha de presentación de sus obras al calendario católico de tal modo que no sea prohibido por los españoles.
Se podría decir que el teatro atravesó dos grandes momentos en la historia del Ecuador: el periodo colonial y el decimonónico.
Durante la época colonial se desarrollaron tres formas teatrales: la religiosa, la popular o de la plaza pública y la culta o escrita. Y a la vez, surgió un teatro indígena cuya característica fue resaltar la figura de los incas.
En el tiempo de la Colonia se da el teatro religioso-misionero, porque para los españoles el teatro tuvo muchos elementos de información y subversión por este motivo se lo prohibió.
Las primeras manifestaciones teatrales se dieron en la evangelización de los indígenas como el paso que se da en Navidad y Semana Santa.
El teatro popular acompaño a las fiestas y se representó en los mercados de las ciudades que surgieron en la Real Audiencia de Quito, un tipo de teatro de comedia, humorístico, crítico e irónico.
El teatro culto no alcanzo un gran desarrollo, pero el teatro quiteño colonial, popular y culto fue cuestionado por la iglesia porque vio en él una forma de atentado a la moral cristiana, mientras que las autoridades de la Audiencia lo prohibieron porque se decía que incitaba a rebeliones.
El teatro decimonónico se da en el siglo XIX, tras la independencia del dominio español aparece el teatro vinculado al proyecto de construcción nacional que surgió a partir da la Independencia, y luego el teatro se da en relación con hechos históricos vinculados a ese proceso.
En el teatro ecuatoriano del siglo XIX se construyeron grandes salas para la representación de espectáculos teatrales, como el Teatro Olmedo de Guayaquil y el Teatro Sucre en Quito.
En esta época Juan León mera fue un gestor y promotor de las ideas modernizadoras y al mismo tiempo un importante difusor del teatro.
Desde la segunda mitad del siglo XIX el escritor Juan León Mera así como Juan Montalvo, preocupados por la conducción del Estado, desarrollaron la idea de sacar a la sociedad ecuatoriana del retraso cultural y civilizarlos, y pensaron que el teatro podría ser un recurso idóneo para llevar adelante dicho objetivo.
Luego del proyecto de modernizar a la población se empieza a incrementar la contratación de compañías extranjeras y se impulsó aunque de forma indirecta la escritura de obras, y se emprende a dar un gran desarrollo cultural.
Una de las obras que fundó una tendencia dentro del teatro ecuatoriano y marco todo este periodo es “Receta para viajar”.








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